Ginseng:

Esta planta medicinal es popular en todo el mundo por sus múltiples beneficios. Aumenta el rendimiento físico y mental, mejora la resistencia en situaciones de estrés, y proporciona una sensación general de vitalidad y concentración. Puedes tomarla en infusión, comprimidos o cocinada, similar al jengibre

Avena:

Conocida como la “reina de los cereales”, la avena es rica en fibra y carbohidratos. Puedes disfrutarla como cereal en forma de porridge o agregarla a ensaladas y platos fríos, proporcionando energía para el día.

Nueces y Almendras:

Estos frutos secos son una forma rápida de incrementar tus niveles de energía. Ricos en magnesio, vitamina E y B, ayudan a aliviar la fatiga, reducir el estrés y estabilizar los niveles de azúcar en sangre, evitando la sensación de hambre.

Té Matcha:

Una taza de té matcha aporta el doble de energía que el café, de manera más sostenida y sin los nervios que este puede causar. Además, mejora el metabolismo y es un potente antioxidante que protege contra el envejecimiento prematuro.

Semillas de Cacao:

El chocolate puro es conocido por ser una fuente de energía. Las semillas de cacao mejoran el estado de ánimo y ofrecen un extra de energía. Aunque amargas al principio, te acostumbrarás a su sabor y no dudarás en repetir.

Açaí:

Esta fruta es una fuente poderosa de energía y está llena de antioxidantes y nutrientes. Es perfecta para añadir a zumos y licuados, mejorando tu estado de ánimo y combatiendo enfermedades.

Miel:

Con un alto contenido de micronutrientes, vitaminas y minerales, la miel proporciona energía rápidamente. Ideal para quienes padecen anemia, su consumo debe ser moderado debido a su contenido en azúcares.

Maca:

Este superalimento oxigena la sangre, aumenta la resistencia y equilibra la capacidad física frente al estrés. Puedes consumirla en polvo o harina, añadiéndola a batidos, leches vegetales, postres, y más.