Cebolla: Según un estudio de la Universidad Jiangsu Normal, la cebolla es rica en nutrientes que favorecen la producción de melatonina y ayudan a regular los ritmos circadianos. Además, elimina toxinas y reduce la inflamación.

Espárragos: Aportan triptófano, un aminoácido que incrementa la melatonina y mejora el sueño. También fortalecen el sistema inmunológico y mejoran la digestión gracias a su contenido de fibra.

Plátano: Este fruto es conocido por su contenido en melatonina, triptófano y minerales, ayudando a evitar los calambres musculares nocturnos y mejorando el descanso.

Cerezas: Las cerezas, ricas en vitaminas y antioxidantes, son una fuente natural de melatonina y minerales que relajan los músculos y favorecen un sueño reparador.

Nueces: Contienen omega 3, que combate la inflamación y mejora la salud cardiovascular. Además, aportan melatonina y aminoácidos que mejoran la calidad del sueño, aunque deben consumirse con moderación por su contenido calórico.

Jengibre: Aunque no contiene melatonina, esta raíz tiene propiedades antiinflamatorias y antioxidantes que actúan como relajante, promoviendo un mejor descanso.

Arroz integral: Rico en carbohidratos, vitaminas del complejo B y fibras, este alimento incluye una pequeña dosis de melatonina que induce al sueño, además de proteger músculos y el sistema cardiovascular.

Avena: Este cereal estimula la producción de melatonina gracias a su contenido en triptófano. También mejora la digestión, protege el corazón y controla la ansiedad.

Piña: Rica en enzimas y minerales, regula los ritmos circadianos y equilibra la serotonina y melatonina, facilitando un sueño profundo.